Hoy llega un compañero nuevo a la oficina (por cierto, debe estar al caer). Por cosas de la vida podría decirse que en mi escasa trayectoria profesional me ha tocado cambiar bastante de de trabajo... apurando, unas 6 veces.
Casi todo el mundo ha pasado alguna vez por eso y no creo que casi nadie lo tenga como una experiencia muy positiva. Ese sudor en las manos un instante antes de entrar por la puerta, esos días mano sobre mano u "ojeando la documentación hasta que llegue el equipo nuevo" o directamente con el peor cacharro de la ofinica -que todo el mundo sabe que a medida que se lleva más tiempo se pueden ir rapiñando pedazos de equipo de la gente que se marcha-, esas miradas de "y tu quien coño eres", el sentimiento de inutilidad completa, la añoranza del viejo curro o los anteriores compañeros (bueno, esto no siempre)... En fin, que estoy convencido que si al final de ese primer día al nuevo le ofrecieran volver a su anterior curro como si nada hubiese pasado, 8 de cada 10 aceptaba sin dudarlo demasiado.
Para todos tus compañeros careces completamente de nombre y pasas a ser directamente "el nuevo". Sacar un café de la máquina (cosa en unos meses que será para ti como respirar) se convierte en una prueba de fuego donde piensas y realizas muy muy despacio cada movimiento que vas a hacer para no cagarla y quedar como un verdadero torpe, más aún si se eres "el informático nuevo" para evitar suspicacias del tipo "pues menos mal que es informático porque vamos, no sabe ni manejar la máquina del café" (*). Da igual el cuidado que tengas, siempre algo fallará y, o no tendrás azucar o no te sale el palito y piensas en remover el agua hirviendo con el dedo, pero al final, siempre te quedas con cara de imbecil mirando un poco a todas partes y soltando frasecillas en bajo del estilo de "uff...", "ay!, vaya...", "anda...", lo que sea con tal de que alguno de los que luego llegarán a ser tus amigos pero que de momento no son más que ojos que te escrutan desde todos los ángulos, se apiade de ti y te diga "los sobrecitos de azucar están en el segundo cajón de abajo".
Y así podríamos seguir hasta el infinitio.
Por suerte en unas semanas todo esto pasará al olvido y habrás conseguido integrarte, dispuesto a llamar "nuevo" y pasar el testigo al próximo pringado que le toque empezar en tu curro, aunque entre día y medio después que tú. Resumiendo, apiadense de esas pobres gentes que son los recien llegados porque tarde o temprano siempre nos toca ser nuevos en algún sitio y agradeceran un simple "bueno, como lo llevas".
Saludos!!
(*) Todo el mundo sabe que "Máquinas de café" es una asignatura optativa de 5º curso de Ing. Informática, junto con "Configuración de Faxes", "Arreglado de Fotocopiadoras" e incluso -y les aseguro que sé porqué lo digo- "Purgado de radiadores".